-Sopla y sopla, lo dice el viento, escuchando a la Sabina se oye este cuento- Iba un día Teseida con su abuela por los paisajes de El Hierro, y ella le decía.
– Teseida, princesa bimbache. Hoy, que es tu cumpleaños en este año en que cumples las primaveras, es tiempo de que portes el secreto de nuestro pueblo.
– Sí abuela, sí. Y también más historias del Garoé Sagrado que vive al final del camino, y sus maravillosos dones.
– Calla, Teseida, silencio- dijo su abuela bajando la voz- el nombre del Árbol Sagrado debe callarse.
Los secretos se guardan, como tesoros, en el silencio. Porque al nombrarlo, la leyenda dice que el agua se pierde.
-Así haré, abuela- prometió. Y, ¿qué secreto guarda este Árbol, abuela?
– El misterio y la magia de hacer lloveral alisio. El mar de nubes, que el viento apacienta, se desborda en las cumbres de nuestra isla. Y, acariciando con sus húmedos brazos las ramas siempre verdes del Árbol Sagrado, nos regalan entre sus abrazos el agua bendita que riega nuestros bienes. Este secreto debes callar, Teseida, y respetar el silencio de su morada en cada gota de tus palabras- le dijo.
-Pero Teseida era una joven muy curiosa y atrevida, y una tarde olvidó las palabras de su abuela y rompió el secreto.
– Qué triste, abuela. Y ¿qué paso para que ella lo hiciese?
– Ahora te lo cuento, si sabes guardar silencio. Pasado un tiempo, Teseida volvía caminando con agua del Árbol Sagrado, y en el camino vio a un joven castellano.
– “Hola, joven *bimbache”- dijo el joven-. “Soy extranjero en estas tierras, y hospitalidad pido. Aún con estas nubes que cubren los picos, es una tarde calurosa, y agua llevas”. Teseida, enamorada del joven y dejándose llevar de su curiosidad, ofreció agua al joven mientras hablaba despreocupada.
– Tomad, castellano. Es agua buena y bendita del Garoé- escapó en sus palabras. Nombrado Garoé, un rayo de sol rasgó las nubes, iluminando de repente ante sus ojos al Árbol Sagrado al final del camino. Así, de este modo, los castellanos conocieron de Garoé, el secreto fue roto y se perdió el agua. Por no mantener guardadas en su cofre a las palabras.
*Bimbache: Bimbache o bimbape es el termino con el se conoce al pueblo aborigen que habitaba en la isla de El Hierro −Canarias, España− antes de ser conquistada por los castellanos en el siglo xv.
Garoé, el Árbol Sagrado
Los primeros habitantes de El Hierro, llamaban Garóe (laguna o río, para los que no dominen la lengua aborigen canaria 😉) al Árbol Sagrado (ASMAC 051), el cual transformaba la espesa bruma en agua, de la cual hombres y animales bebían para calmar su sed.
Este árbol era un elemento vital para la vida de los lugareños, sobre todo en aquellas épocas donde la lluvia brillaba por su ausencia. Sin embargo, no fue la sed quien desveló su presencia, si no una bonita historia de amor protagonizada por la princesa Teseida, quien cegada por el amor, reveló a los conquistadores el lugar donde se encontraba el Árbol Sagrado de su pueblo, secándose su agua al instante.
Tras la conquista, el Garoé siguió dando de beber a los conquistadores hasta que en 1910, un fuerte huracán arrancó el árbol de raíz. Por ello, en 1957, se plantó un tilo en su lugar, ya que se pensaba que de esta especie provenía el árbol sagrado.
Como no podía ser de otra manera, el árbol Garoé (ASMAC 051) se ha convertido en el emblema principal de esta isla maravillosa. Pues es tan grande su importancia que aparece representado en la bandera insular.
Hoy el Árbol Garoé cuenta con un centro de interpretación para conocer de cerca el fenómeno natural de la lluvia horizontal, así como la belleza arqueológica y cultural que este mítico lugar esconde.
Centro de Interpretación Árbol Garoé
Este mágico lugar, ubicado en el municipio herreño de Valverde (capital de la isla), se constituye en la actualidad como uno de los centros de visitantes más emblemáticos de la isla de El Hierro. A día de hoy, no podemos encontrar el Garoé original, ya que desapareció por efecto de un huracan en 1610, pero sin embargo, sí que podemos conocer a su heredero espiritual: un joven tilo, el cual nos ayuda a imaginar lo extraordinario y fascinante que tuvo que ser este enclave de los montes herreños.
El Centro de Interpretación Árbol Garoé, se levantó con la finalidad de poner en valor el legado cultural y la significación de este emblemático Árbol Santo. El lugar está compuesto por un conjunto etnohistórico formado por una cavidad o asentamiento, donde se enclava el propio árbol, y por una serie de embalses asociados excavados en la roca, conocidos popularmente como albercas. Estos depósitos (a modo de aljibes) tuvieron una importancia crucial para los antiguos pobladores de la isla, el hecho de ser la isla de menor edad del Archipiélago Canario hace que posea un suelo volcánico joven, lo que da lugar a que la mayoría de agua que discurre por su superficie tienda a infiltrarse y perderse en sus profundidades. Sin embargo, en las proximidades del Garoé se da un suelo de montaña diferente que, por su caracter impermeable, permite el almacenamiento de un agua limpia y cristalina que sustentaba a los primeros pobladores de la isla. En aquella época el agua era un recurso muy escaso y debido a ello, era vital para los bimbaches* guardar en secreto su ubicación.
En este singular y acogedor centro, podremos conocer más leyendas como la anteriormente relatada, relacionadas con el Árbol Sagrado, así como conocer al detalle la explicación del fenómeno natural de la lluvia horizontal.
Si quieres visitar el Centro de Interpretación Árbol Garoé, puedes consultar los horarios pinchando aquí.
Valverde - San Andrés, El Hierro
Valverde es la única capital canaria que no está junto al mar. Se sitúa al nordeste de la isla de El Hierro. La Villa de Valverde, es considerada como centro social, administrativo y religioso de la isla, fue fundada a finales del s. XV, concretamente durante la etapa inicial de la conquista de Canarias. Esta dependía del señorío de los condes de La Gomera hasta su independencía e política, la cual se obtuvo durante el s. XIX. En 1899, debido a un fatídico incendio, su arquitectura tradicional canaria (del municipio) sufrió grandes desperfectos.
A día de hoy, dar un paseo por sus tranquilas calles nos permite visitar la iglesia de Santa María de la Concepción y sus espectaculares tallas de época. Además, cerca de este municipio capitalino, se encuentra el charco natural de Tamaduste, un lugar idóneo para aquellos que quieran disfrutar del mar.
Por otro lado, el pueblo de San Andrés, paraje dónde se encuentra este Árbol Santo, es un pueblio tradicionalmente rural, donde podemos disfrutar desde las alturas de sus hermosos paisajes.
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¡Saludos personas singulares!